Familias describen odisea vivida en el cateo a la iglesia de Apatzingán

Resaltan los gritos, insultos y violencia generada por los elementos federales

Edgardo Morales Shertier

Domingo 2 de Agosto de 2009

Apatzingán, Michoacán.- “Somos agentes federales, no se muevan hijos de la chin…”, fueron los primeros gritos dados desde los accesos a la parroquia del Perpetuo Socorro, ubicada en la colonia 18 de Marzo de esta ciudad; informaron con llanto decenas de mujeres y niños que narraron y describieron la tarde de miedo y terror que vivieron ante la presencia amenazante de hombres armados y encapuchados que dijeron ser agentes federales, esto, ante el llanto de niñas y niños que se abrazaban de sus padres al ver como les apuntaban con las armas.

Era una tarde normal dentro de la parroquia y en ese orden se celebraba la misa para una adolecente que cumplía sus XV, hoy con problemas psicológicos ante los acontecimientos registrados en su propia misa.

A decir de una de las familias afectadas y que presentaron su denuncia ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, -pues hubo la detención de tres de sus familiares-, ella acompañaba a su esposo de oficio albañil, junto con sus tres hijos de 10, 12 y 17 años de edad, además de un sobrino con capacidades diferentes.

A la llegada de los federales y tras gritar para anunciar su presencia, empezaron a apuntar con sus armas a todos los presentes, además de irrumpir al cura y tratarlo como si se tratara de un delincuente, empezando a dividir en grupos a hombres, mujeres y niños, en medio de empujones, golpes y gritos.

“Porque nos tratan así, si somos mujeres”, gritaban en medio de los desmayos de algunas personas adultas, empero, la respuesta era grosera e intolerante incluyendo la frase de un federal que dijo, “a nosotros nos mataron a 12 y entre ellos iba una mujer, agradezca que no hacemos lo mismo”, según su narración.

A golpes, procedieron a la revisión de las personas, les arrebataron todo medio de comunicación incluyendo celulares a los que les quitaron el chip y de manera directa golpearon a la madre de la quinceañera, además de proceder a golpear en la cara a un jovencito hijo de una maestra.

¿Querías pastel?, le dijo en agente federal a un infante que gritaba en llanto aferrado a la cintura de su madre, mientras que de manera cobarde apuntaba a las mujeres cubierto del rostro y representando a la ley federal que presume el presidente de la República, indicó otra madre de familia, quien denunció que luego de cuatro horas, las personas querían orinar y a todos los enviaban al campanario.

Así, desde las 19:00 horas de la noche del sábado y hasta las 02:00 horas del domingo, luego de vivir maltratos, amenazas, insultos, la prepotencia y el abuso del poder contra infantes y mujeres humildes; se anunció su retirada, no sin antes cerrar todos los accesos y dejar una salida abierta, con la advertencia de que nadie saliera hasta después de pasados 5 minutos, llevándose ellos, a muchos detenidos en varias unidades e incluso carros y camionetas estacionadas frente a la llamada casa de Dios, también irrumpida.

Afuera, relatan las familias, encontraron unidades u vehículos saqueados, incluso con vidrios rotos y con faltante de tableros y otros objetos, tal y como paso al interior de la parroquia donde se llevaron hasta las limosnas de la semana.

Así se relataron los hechos acontecidos en el interior de la parroquia, precisamente por quienes vivieron estos lamentables hechos donde participaban niños y jóvenes discapacitados.

“Aquí habíamos visto que pasaban acontecimientos graves en el interior del hospital general, que incluso llegaban a los velatorios para asesinar a personas en pleno velorio y hasta llevarse a los presidentes del interior del Palacio Municipal o irrumpir el Palacio del Gobierno Estatal, pero nunca, nunca habíamos visto que sin ordenes de cateos se llegará a una iglesia que es la casa de Dios y arremetieran contra todos incluyendo al cura”, señaló María, una de las afectadas que nunca olvidará lo sucedido provocado de manera equivoca por un gobierno que dice trabajar por la seguridad y la tranquilidad de las familias mexicanas.