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Neuras por tradición ...

Yoaní, la blogera de la Generación Y

Yoaní, la blogera de la Generación Y

Es la gurú de la Generación Y cubana. Una generación que en la entrada de su blog la describe (con humor) así: "Nacidos en la Cuba de los años 70s y los 80s, marcados por las escuelas al campo, los muñequitos rusos, las salidas ilegales y la frustración". Después pasa a citar nombres. Yanisleidi, Yoandri, Yusimí, Yuniesky. Nombres Con Y que representan a cubanos de a pie. A jóvenes con criterio propio que se preguntan muchos porqués.

Generación Y, escrito por Yoani Sánchez, una habanera de 32 años, se ha convertido en el blog de oro de la isla. En un símbolo de los nuevos aires que corren en Cuba. Críticas, reflexiones, anhelos, desencantos. Sin pelos en la tecla. Y sin (auto) censura. En febrero, 10 meses después de su ciberdebut, Generación Y va a alcanzar el millón de visitas mensuales.

Yoani, que sobrevive como guía turística y como traductora del alemán, recibe a Público en su casa, en un barrio de edificios de inspiración soviética. El horizonte-más-allá-del-balcón (antenas, chimeneas, humo, cemento) nos inunda la retina de una anti-Habana sin glamour, ron y guantanameras.

"Electrón libre"

Yoani no se define como disidente. Apenas como un "electrón libre" que forma parte de la heterogénea Generación Y.

Y quizá por eso, en su blog abundan siglas y letras casi ausentes en la isla. Mp3, emails, blogs, servidores, spam. "Estos jóvenes ensimismados en su Mp3 y con los pantalones más abajo de la cadera, ansían -escribía en marzo de 2007- el momento de estar al mando de la casa y cambiar los muebles, renovar la pintura e invitar a los amigos".

Y es que Generación Y retrata el latir de la calle. El desencanto de los más jóvenes. Sus esperanzas. Y la distancia de muchos con el lenguaje dialéctico del "hombre nuevo" del régimen. "Uno de sus últimas entradas (30 enero) resume bien este espíritu: "Hay ciertos ancianos a los que el desenfado de los más jóvenes les produce quemazón y pesadumbre. Son aquellos que intuyen que los que vienen detrás barrerán con todo lo que para ellos resultara sagrado (...) Presiento que me volveré una viejita un tanto punk. Le permitiré a los muchachones del 2050 burlarse de mis fotografías".

Terapia personal

¿Cómo comenzó todo? Yoani, con voz dulce y cansina, rememora: "Fue una terapia personal. Probé a hacer taichí, yoga, pero no funcionó. Es una válvula de escape, un intentar buscar la salida". (En el cuento No se culpe a nadie, Julio Cortázar escribe: siente que la mano avanza apenas y que sin alguna maniobra complementaria no conseguirá hacerla llegar nunca a la salida).

Yoani confiesa que la guerra de los emails de marzo de 2007 (protestas de intelectuales ante la imposibilidad de entrar en una conferencia) fue el pistoletazo de salida. Allá, comenzó a vislumbrar una salida. Una puerta diferente a las existentes: Internet. "Uní mi pasión por la filología y la informática. Todo desembocó en el blog. Pero nació sin pretensiones disidentes", afirma con dulzura.

Y lo que comenzó como terapia/juego, se convirtió en pasión/necesidad. Yoani habla sin tapujos de todo. De los problemas, de la doble moneda, de la escasez, de la posible apertura. Con sencillez. Y sin beligerancia, continúa actualizando su blog, "tal vez, por una  mezcla de irresponsabilidad y temeridad". Su labor no es fácil. En Cuba el acceso, prácticamente, está reducido a funcionarios, académicos y a extranjeros en los hoteles. El precio (más de 6 euros la hora) es muy elevado para un cubano de a pie. Por eso Yoani trabaja off line.

Y tiene (casi siempre) que "hacerse la sueca" (habla alemán) en los hoteles donde se cuela y actualiza el blog. "Estamos aprovechando una zona no regulada. Además, creo que la libertad de expresión reciente es una conquista de unos pocos que hemos decidido no callarnos, no es una iniciativa del Gobierno", asegura tajante Yoani.  

(En No se culpe a nadie, Julio Cortázar insiste: le duele hasta tal punto que renuncia a quitarse el pull over, prefiere un último esfuerzo para sacar la cabeza fuera del cuello)

La blogera del millón afirma no sentirse presionada. Ni censurada. Ni amenazada. "No he sufrido ninguna amenaza ni represión directa. Hay boicot electrónico, comentarios duros...", afirma Yoani. Y mientras el Gobierno cubano prepara sus cambios, esta blogera continúa analizando todo. Respirando con naturalidad. Viviendo los nuevos tiempos. "Tienen que acostumbrarse a las opiniones críticas. Y que queremos construir un futuro no en el exilio, sino en Cuba", asegura Yoani.

En uno de sus últimas entradas, analizaba con ironía el discurso de investidura de Raúl Castro: "La dilatación hasta "dentro de unas semanas" o "en el curso de este año" de la puesta en práctica de los ajustes, me recuerda el ansiado vaso de leche, prometido por él el pasado 26 de julio, y ausente todavía de mi frugal desayuno".

(De nuevo Julio Cortázar, en No se culpe a nadie: absurdamente no quiere abrir los ojos pero sabe que ha salido fuera, esa delicia es el aire frío).

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