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Neuras por tradición ...

No me vendan la moto… Quiero un Cadilac (Reflexiones sobre la Generación Y)

No me vendan la moto… Quiero un Cadilac (Reflexiones sobre la Generación Y)

En estos días un amigo me maileó un artículo sobre la “generación Y”, publicado recientemente en Cinco Días.

Al leer el artículo, lo primero que pensé fue “qué de pinga! Soy de la generación Y. Y mi perfil cuadra con lo que dicen en el artículo!”. Pero luego, poco después de mostrárselo a mi jefe, Rodrigo Miranda, y leerlo por segunda vez, ya no me pareció tan chévere el artículo y el contenido.

Para comenzar, no todos los nacidos en esas fechas somos Y. Es normal, ya que existen diferencias socioculturales que, lamentablemente, criban la educación, razón por la cual, alguien con una FP no podría ser de la generación Y.

Igualmente, no todos nos hemos graduado a los 25 años (yo por ejemplo a los 23), ni hemos comenzado a trabajar a los 28-29 años (yo a los 17); por lo cual, alguien con más experiencia laboral que académica tampoco debe ser considerado Y.

Siguiendo con la idea, no todos nos hemos podido ir a “perfeccionar el inglés”, ya que probablemente estaba algo ocupado trabajando y ganando experiencia laboral, o emigrando para salvar el pellejo. De la misma forma que otros no habrán podido por estar currando o no haber podido acceder a un Erasmus o simplemente por falta de base económica. Ninguno de los anteriores son Y.

Entonces, ¿qué debo entender por generación Y? Debo entender que es la elite de la elite (porque no todos somos elites, habremos algunos menos elitescos que otros), que viene “pisando fuerte”, cuando, en realidad pisa fuerte porque habiendo de donde escoger, se prefiere al que tiene 4 masters, antes del que hizo un instrumento para medir el índice de influencia de la pena de muerte en Mozambique, por ejemplo. O se prefiere al que pasó un año en Holanda y volvió con nociones avanzadas de holandés (que en un currículum pone como “completamente bilingüe” y cuela, porque el reclutador de RRHH de la empresa no sabe hablar holandés), antes que quien viene con un título, medio master y un inglés decente y correctamente aprendido en casa que le permite entender y hacerse entender con fluidez.

No se me mal entienda, no hablo de lo anterior por sudar por la herida de la inmigración, ya que he visto casos de personas españolas que empezaron en un trabajo haciendo cosas estupendas y luego han tenido que pasar a otro en unas condiciones, digamos poco ineresantes, soportando el flagelo de la titulitis, tan conocido en España, EE.UU y Latam.

Los casos anteriores suceden. Suceden mucho. Sucede cada vez más que en una empresa para un cargo directivo de medio a alto, es más importante el “know who” que el “know how”. Que las decisiones estratégicas terminan siendo políticas y que al final sucede lo que sucede porque ni los de la generación X ni los de la generación Y al final saben resolver basándose en lo que tanto se estudió y tienen que recurrir a un anti X o a un anti Y (léase un “currito”) para que saque adelante a la compañía.

Lo más peligroso es que se deifique a la generación Y. Es peligroso, porque perpetuará (como si ya no lo estuviera) el escenario en donde puede más el peso de un imperio de relaciones que el de una meritocracia bien ganada en base a sudores y horas de vuelo laboral y complementos formativos.

Sea de la generación que sea, un buen profesional, debe foguearse en el ruedo e ir aprendiendo del día a día, mientras se sigue estudiando y aprendiendo y aplicando lo aprendido al día a día, para seguir “ganando músculo” (del que dicen que adolecen los G.Y. en el artículo). Y así, siempre; independientemente del cargo que se tenga.

Al final, me viene a la mente una frase de mi padre, que seguramente será de mi abuelo y del padre de mi abuelo y de ahí hasta la ancestral generación A: “Si quieres peces, tienes que mojarte el culo!”. Y para coger peces hay que agachar la cabeza, aprender de los fracasos y no ir de sobrao por la vida, por mucha generación de los kintekis de la que se sea.

No me vendan la moto de la generación Y; quiero usar bien las herramientas que tengo, o buscar las que me faltan para hacer un Cadilac!

Fuente: Manuel Chao Blog http://www.manuelchao.com/blog/?p=10

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